METODOLOGÍA FLEDO (Fragua Lúdica Edad de Oro): EL MITO DEL AMOR

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Decimos con frecuencia: "¡no es cosa de juego!" para resaltar la importancia capital de algún asunto. Y así se ha calificado al juego como pérdida de tiempo, lo intrascendente y banal. Por otro lado, alguien ha dicho que "jugar es cosa muy seria", pero esto último significa "de carácter grave, opuesto a la broma". El juego es justamente lo contrario. Se le puede asumir con responsabilidad e intensidad, pero no opuestamente a la broma, ya que solo será tal en la medida en que esté presidido por la ausencia total de gravedad en la conducta de las personas, que actúan en una dimensión simbólica de la realidad. He preferido decir: Porque jugar... ¡es cosa de juego!, justamente para reiterar que él clasifica entre lo más importante en el campo de las acciones humanas.

A diferencia de otras disciplinas que lo emplean como un medio para explicar y/o encauzar procesos afines a ellas, la Ludología sitúa al juego en su dimensión esencial, estudiándolo no sólo desde la visión externa y condicionada del investigador, sino sobre todo desde la posición comprometida y las placenteras motivaciones intrínsecas del jugador, transfiriéndolo de ser un "medio en función de...", a ser el objeto esencial y fin en sí mismo de la conducta lúdica en los seres humanos. La investigación en torno a la Ludología tiene, entre sus objetivos, la formación de ludólogos, especialistas en el abordaje a la actividad lúdica desde una comprensión absolutamente abarcadora, como generador de desarrollo humano.

La historia de la sociedad humana puede resumirse como un escenario de lucha por el ejercicio del poder. Bajo la conducción de líderes con motivaciones ideológicas se han librado enconados conflictos en nombre de conceptos que, como libertad, democracia, derechos, igualdad... expresan las más elevadas aspiraciones de la condición humana. Las revoluciones han sido la expresión más radical de tales conflictos. Pero generalmente ven frustrados sus propósitos por sus propios errores, robadas por los mismos que las conciben y conducen. El autor muestra un panorama de revoluciones robadas, como resultado de la eterna aspiración humana, de alcanzar la cima en los sistemas de poder.

La dinámica social es absolutamente precisa, no dependiente de la voluntad humana, sino de la acumulación cuantitativa de factores objetivos que desencadenan, quiérase o no, radicales transformaciones cualitativas. Semejante dialéctica es la piedra de toque con que la Sociología puede comprender, interpretar, explicar y vaticinar la marcha de los acontecimientos a lo largo de toda la historia de la Humanidad. Ningún proceso, por complejo que parezca, escapa a tal acierto. De manera que, gracias a la capacidad de visión e interpretación que me aporta la experiencia vivencial transcurrida durante más de 60 años, puedo ofrecer una perspectiva presente y futura de la realidad nacional.

Cuando se combinan Música, Poesía y Locura el ser humano pasa entonces a una dimensión superior, donde se conecta directamente con el Universo, una magnitud mística donde nos enlazamos con la Mente Cósmica que rige la existencia. Y esa es precisamente la oportunidad que nos brinda la literatura. Por eso, “de músico, poeta y loco… ¡todos tenemos un poco!”, pues no hay mejor manera de escapar a una realidad traumática que dar riendas sueltas a la inspiración creativa y soltarla al vuelo hacia un mundo de fantástica ilusión, regido por el demencial sinsentido del “Gato risón, que dio la bienvenida a Alicia en el País de las Maravillas…

El tránsito por el período especial destapó contradicciones que yacen en la propia condición humana. La historia que aquí se narra es expresión de ese fenómeno social en la Cuba de estos tiempos. Sus personajes son parte indisoluble de ese pueblo y merecen por igual la atención que una sociedad justa debe destinar a todos. Porque, a fin de cuentas, en esa isla que se enfrenta a huracanes y agresiones, todos juntos parecen estar dispuestos a evitar que la serpiente engendrada por el águila pueda enseñorearse sobre la Patria, y a que los demonios sigan enarbolando sus negras banderas en el cielo caribeño donde sólo tiene cabida la de la estrella solitaria...

Ángela, joven negra esmeraldeña, de 22 años de edad, es la encarnación reciente de un arcángel, que luego de ser instruido en Dimensión Uno, decide regresar a la Tierra, donde lucha contra seres oscuros provenientes de Dimensión Tres. Pero, también enfrentará a máquinas guerreras venidas de la profundidad del Cosmos, para salvar al planeta en alianza con poderosos alienígenas azules. Todo, como parte de su evolución energética para hacerse merecedora de ascender a Dimensión Cero, la cumbre de la Energía Universal que rige al Multiverso… Seguramente la mayoría de los lectores asumirán estas historias como elucubraciones mentales y fantasía. Por eso, he querido hacer esta recurrente aclaración: cualquier semejanza con la realidad en Dimensión Cuatro, en cuyos planetas con civilizaciones de Primer Tipo habitan los elementales, es pura coincidencia. Pero, para cualquier otra dimensión, es la verdad…

En los insondables misterios de la existencia material en toda su infinita diversidad, en las colosales dimensiones del Universo, en los secretos de la vida, la inteligencia, la muerte, y las fuerzas oscuras que se manifiestan en la realidad, se ocultan secretos generalmente opuestos a toda racionalidad. El autor ha construido una fantasía que penetra en el campo de la realidad. Sus planteamientos pueden ser considerados hoy como ficción, pero mañana podrían sustentar enfoques científicos dirigidos a la explicación del Todo. Sus argumentos se basan en logros de la ciencia, en el terreno de la energía, los campos cuánticos y los procesos astronómicos. También en la especulación sobre la existencia de vida inteligente en todo el Universo.

Ahora, cuando todavía mantengo viva la memoria, yo decidí abrir las puertas a mi mundo interior para facilitar a mis hijos y nietos la tarea de conocerme mejor, saber qué hice bien, qué mal, o qué simplemente no hice. Claro que eso conlleva gran responsabilidad. No hay historia que no cuente con múltiples protagonistas, y no tengo derecho a hablar de ellos. Por eso, aunque todos los nombres son reales, no menciono apellidos, y antes que mentir preferí obviar detalles que atenten contra la imagen de otros. ¡Si llegan a leer esto, ellos se reconocerán en estas líneas!

EL MITO DEL AMOR

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