RESUMEN
En el año
1961 fue creado el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y
Recreación (INDER) en Cuba, y con ello la Recreación Física se integró, junto a
las actividades artístico-culturales y la promoción turística, en el
indispensable quehacer de la Recreación Comunitaria, cuyos objetivos se
orientan a promover la sana ocupación del tiempo libre de la población.
La
Recreación Comunitaria se realiza en el barrio, teniendo a la escuela pública
como principal agente promotor a partir de sus propios recursos humanos y
materiales, con la participación de profesores, promotores recreativos y
socioculturales, así como de activistas populares. Ella concibe propuestas
recreativas diversas basadas en actividades lúdicas, el deporte participativo,
festivales artístico-culturales, y otras que se desarrollan en contacto con la
naturaleza. Metodológicamente se sustenta en principios básicos que pueden
resumirse en los siguientes 5 planteamientos:
1.
Es electiva y participativa.
2.
Se propone la estimulación de una adecuada actitud recreativa.
3.
Tiene como soporte temporal el tiempo libre.
4.
Tiene como soporte material el entorno natural y social.
5.
Posee un marcado contenido educativo.
La
conceptualización que los justifica conforma el cuerpo teórico desde el que son
concebidos, diseñados y ejecutados los proyectos recreativos al servicio de la
comunidad en la sociedad cubana de estos tiempos. Conceptos, o palabras claves,
de la formulación son, principalmente: ejercicio de la libertad, experiencias
vivenciales positivas, acción autocondicionada, beneficios de la recreación, bienestar
y bienser, desarrollo y calidad de vida, formación en valores, actitud
recreativa, el entretenimiento como evasión, la recreación como participación…
La presente ponencia desarrolla dicho cuerpo teórico,
cuyos planteamientos son avalados por la práctica de la Recreación Comunitaria
en Cuba, la que además de proporcionar placenteros momentos de ocio a la
población, en el caso de la Recreación Física se ubica en la base de la
pirámide del alto rendimiento que, comenzando con las manifestaciones primarias
del denominado “deporte para todos” –con carácter masivo y recreativo-, han
sido causas primarias de los éxitos de deportistas cubanos en la arena
internacional.
ANTECEDENTES
Desde el 23
de febrero de 1961, con la creación del Instituto Nacional de Deportes,
Educación Física y Recreación (INDER) se inició en la isla de Cuba una
transformación renovadora de las políticas y acciones dirigidas a promover la
sana ocupación del tiempo libre de la población, como parte del programa de
atención y desarrollo social emprendido por la revolución triunfante el 1ro de
enero de 1959.
Quedaban de
tal modo atrás décadas de abandono de esta importante esfera de la vida nacional
por parte de los regímenes políticos precedentes, para los cuales el acceso a
las formas de ocupación del ocio eran sólo un privilegio de las capas
económicamente favorecidas de la sociedad, o se concretaban en acciones
deformadoras de la dignidad humana, estimuladoras del vicio y la degradación
moral.
Por sus
privilegiadas condiciones naturales, durante el período pseudo-republicano la
isla de Cuba fue asumida como cercano garito por parte de magnates y connotados
mafiosos norteamericanos, que acudían a ella en busca de prostitución, juergas
y casinos de juego, generándose en consecuencia una perniciosa industria con
fachada de turismo, que comprometía incluso a niños, niñas y adolescentes
cubanos, empeñados en sobrevivir a la miseria nacional participando en ofertas
de placer al servicio de los visitantes del norte.
En medio de
una crítica situación de explotación económica, desempleo, desatención médica,
analfabetismo total, y absoluto abandono social, la inmensa mayoría de la
población cubana carecía de toda alternativa o de disposición para dedicarse
placenteramente a actividades de ocio. El aparente “tiempo libre” disponible
–al que en realidad más se le podría denominar “tiempo muerto”, como se hacía
en las labores de la zafra azucarera- sólo resultaba una válvula de escape para
el desahogo de las tensiones cotidianas mediante acciones desprovistas de toda
intencionalidad verdaderamente recreativa, sino destinadas al simple
entretenimiento y generadoras de conductas viciosas por el consumo de alcohol y
la práctica de juegos de apuestas, principalmente.
En
contraposición con esta generalizada situación popular, la burguesía nacional
disfrutaba de espacios de placer en la forma de sociedades fraternales y
deportivas –como el Club de Leones o el Havana Yacht Club-, regidas por normas
discriminatorias que excluían tanto por la capacidad económica como por el
color de la piel.
En la época
pre-revolucionaria las principales acciones para la ocupación del tiempo de
ocio por parte de la gran población cubana se resumían a los festejos
carnavalescos o tradicionales fiestas carnestoléndicas de las comunidades
urbanas, los guateques campesinos y las peleas de gallos en las zonas rurales,
la afición al deporte nacional –el béisbol-, cuyos equipos profesionales –integrados
en gran medida por figuras profesionales contratadas- respondían más a los
intereses de la gran industria del entretenimiento que a los de la verdadera
recreación popular. También –afortunadamente- estaban arraigadas muestras de juegos y actividades
lúdicas tradicionales, muchas de ellas heredadas desde la época colonial e
integradas a la cultura popular hasta nuestros días, pero cuya promoción a
nivel comunitario o en las instituciones educativas no resultaba del apoyo
gubernamental, sino por la buena voluntad de educadores y promotores
socioculturales empeñados en asegurar una mejor formación de las nuevas
generaciones, como aún ocurre en la mayor parte de Latinoamérica.
En el afán
por elevar la calidad y condiciones de vida de toda la población, desde el
triunfo de enero del 59 la Revolución cubana acometió un vasto programa de
acciones sociales destinadas a eliminar el analfabetismo, el desempleo, la
desnutrición, la inasistencia médica, y sobre todo las inequidades sociales. En
el mismo año 1959 se creó el Ministerio de Bienestar Social, que entre sus
principales funciones tuvo la de dar atención a la niñez y adolescencia a
través de programas participativos en parques, calles, centros recreativos y
campamentos. El también recién creado Instituto Nacional de la Industria
Turística abrió el acceso del pueblo a las playas y a anteriores sociedades
discriminatorias burguesas.
Como colofón
de estos primeros pasos, la creación del Instituto Nacional de Deportes,
Educación Física y Recreación (INDER), el 23 de febrero de 1961, abrió una
definitiva etapa de intervención institucional en el afán de asegurar el uso
adecuado del tiempo libre por parte de la población cubana, que por primera vez
en la historia nacional podía contar con profesionales y equipamientos
comprometidos con la elevación de la calidad de vida mediante un pleno disfrute
del ocio. Desde su propia denominación, el flamante organismo expresaba una
concepción renovadora a tal fin, con la integración de tres componentes de la
Cultura Física, que se consideran esenciales en la interpretación cubana:
·
El Deporte, la competición
deportiva como campo de incruenta confrontación entre empeños y voluntades
humanos, en nuestro caso despojado del profesionalismo, y devolviéndolo a los orígenes
de la clásica gloria helénica.
·
La Educación Física, como
esfera pedagógica para la formación de hábitos y habilidades que contribuyan a
la salud y al desarrollo corporal, psicomotor y afectivo de los seres humanos
desde las más tempranas edades, procurando el logro de una formación integral
en el ámbito escolar, así como también para la elevación de la calidad de vida
en personas con patologías diversas, o discapacidades.
·
La Recreación, como actitud o
estado de ánimo convertido en objetivo final de todas las acciones que
propicien una ocupación placentera del tiempo libre, promoviéndose la
renovación (re-creación, o volver a crear) de las capacidades físicas y
mentales del individuo, y estimulándose su marco de relaciones e interacciones
sociales dentro de la comunidad.
La dinámica
en la correlación de dichos componentes es la fórmula para los notables éxitos
alcanzados por el deporte cubano en la arena internacional, donde
reiteradamente se ha ubicado entre los primeros lugares en resultados de juegos
Centroamericanos, Panamericanos, e incluso Olímpicos. La clave se expresa en la
consigna del INDER: “El deporte, un
derecho del pueblo”. De modo que la detección de talentos deportivos que
enriquecen el alto rendimiento se alimenta desde la Educación Física escolar
–como fuente de iniciación temprana- y desde la Recreación –como cantera de
participación masiva-, asegurando una profunda y constante selección de
potenciales atletas, en contraposición a procedimientos elitistas o “de
laboratorio” practicados en otros muchos países.
Un nuevo hito
lo marcó la realización, en 1971, del 1er Congreso de Educación y Cultura, que
debatió conceptos básicos para la integración definitiva de las prácticas
socioculturales en Cuba. Se definió la necesidad de interpretar los procesos de
influencia educativo-formativa hacia la población en toda su diversidad
–etaria, laboral, de género, escolar…- como componentes de un mismo empeño
estatal, y no separados por fines o políticas particulares de sus instituciones
promotoras, lo cual es consecuencia de una normativa de planificación estatal.
De modo que
el campo de la Educación amplificó su visión más allá de lo formal (la propia
escuela), y abarcó lo informal –o no formal-, interpretación que otorga
dimensión educativa a todas las áreas de intervención social que contribuyan a
la adquisición de conocimientos y al desarrollo de capacidades y habilidades en
las personas de cualquier edad. En cuanto a la Cultura, se la asume como
expresión de toda huella dejada por la sociedad humana en su devenir histórico,
rebasando el limitado enfoque basado en sus manifestaciones específicas. La Educación es Cultura, en cuanto fruto
del quehacer humano, y la Cultura es
Educación, porque a su través la sociedad transmite su herencia de
generación en generación.
CONCEPTUALIZACIÓN DE LA RECREACIÓN COMUNITARIA
Al abordarse
el tema de la Recreación con visión integradora se impone entenderla como una
esfera a la que tributan diversas vertientes del quehacer social. El enfoque
cubano reconoce los tres siguientes campos:
·
Recreación Física. Basada en la práctica de
actividades lúdico-recreativas, de deportes recreativos, y del espectáculo
deportivo, como uno de los componentes de la Cultura Física.
·
Recreación Artístico-literaria. Sustentada en las diversas
manifestaciones de las artes y la literatura.
·
Recreación Turística. Destinada al disfrute del
entorno natural o artificial, combinando las acciones de las otras dos esferas
en el diseño de sus propuestas.
El
denominador común a estos tres campos está en el propósito de propiciar la
ocupación placentera, sana y provechosa del tiempo libre, con aportaciones al
desarrollo humano desde lo físico, intelectual, afectivo, volitivo, ético y
estético.
El INDER es
el organismo rector metodológico de la Recreación Física, así como los
ministerios de Cultura y de Turismo lo son, respectivamente, de los otros dos
campos afines. Pero, la concepción cubana ha determinado que, en el orden
práctico, el diseño y ejecución de las ofertas recreativas se sustenten en una interpretación
integradora basada en la existencia de Comisiones
Coordinadoras de Recreación a nivel de cada municipio del país,
subordinadas a las estructuras de Gobierno, o Poder Popular, a ese nivel. El
producto que emana de esta concepción orgánico-funcional es justamente la Recreación Comunitaria.
La Recreación
Comunitaria se realiza en el barrio, teniendo a la escuela pública como
principal agente promotor a partir de sus propios recursos humanos y
materiales, con la participación de profesores, promotores recreativos y
socioculturales, así como de activistas populares. Ella concibe propuestas
recreativas diversas basadas en actividades lúdicas (principalmente juegos pre-deportivos
y de animación), el deporte participativo (no competitivo), festivales artístico-culturales
(principalmente con aficionados y de tradiciones locales), y otras que se
desarrollan en contacto con la naturaleza (como acampadas, natación, pesca
recreativa, excursionismo, etc.).
Concebida
mediante principios de planeación estratégica para períodos anuales por parte
de los ya mencionados organismos locales, la Recreación Comunitaria se diseña
mediante proyectos recreativos particularizados para cada entorno geográfico o
comunidad, con el fin de optimizar el uso de los recursos humanos y materiales
requeridos y disponibles, mediante el accionar de los Consejos Populares
–estructuras básicas de Gobierno en todo el país-, resultando así el documento
metodológico que rige la realización, a mediano o largo plazos, de un conjunto
de acciones para el logro de determinados resultados (metas) en un entorno
social concreto, con eficiencia y eficacia, y en correspondencia con los
objetivos generales y específicos planteados en la planeación estratégica.
Los criterios de medida que sustentan la validación
de dichos objetivos se orientan hacia:
·
La atención a la comunidad,
como el escenario principal, considerándose las particularidades y necesidades
específicas de cada enclave social.
·
Los beneficios que aportan
las actividades recreativas a la población, medibles en términos de
participación para la sana ocupación del tiempo libre, el incremento de la
calidad de vida, y la formación en valores adecuados a nuestra sociedad.
·
La caracterización de las disciplinas
recreativas en cuanto a los aspectos técnico-metodológicos que permiten
definir los objetivos internos para la labor de los especialistas en su
diversidad de contenidos y niveles de actuación.
·
La valoración del nivel de
profesionalidad de las estructuras metodológicas, que asegura los procedimientos
de dirección y control de todo el proceso.
FUNDAMENTOS QUE SUSTENTAN LA EXPERIENCIA
Metodológicamente,
en Cuba la Recreación Comunitaria se sustenta en las siguientes cinco ideas
básicas:
1.
Es electiva y participativa,
lo cual significa que funciona con propuestas o alternativas para el ejercicio
de la libertad de elección por parte de los participantes, y nunca mediante
acciones impuestas u obligatorias, promoviendo la amplia intervención de todos,
con independencia de edades, sexos, condiciones físicas, etc., por lo que es
ajena a cualquier resultado selectivo o eliminatorio en sus actividades.
2.
Se propone la estimulación de una adecuada
actitud recreativa, como efecto renovador, físico y mental, en las personas
a partir de experiencias vivenciales positivas y enriquecedoras de la
personalidad, y en ningún caso el simple entretenimiento, basado en la evasión
y la superficialidad.
3.
Tiene como soporte temporal el tiempo
libre, considerando como tal aquel momento en que las personas disponen de
todas sus posibilidades para dedicarse a placenteras actividades
autocondicionadas, como complemento de las obligaciones y tareas que deben
desempeñar en la sociedad.
4.
Tiene como soporte material el entorno
natural y social donde se desenvuelve el colectivo humano, caracterizado
por su comunidad, urbana o rural, apoyándose además en el conjunto de
instituciones comunitarias existentes, dentro de las cuales la escuela ocupa un
lugar fundamental como gestora por excelencia de procesos educativos y
formativos.
5.
Posee un marcado contenido
educativo, como expresión de principios y valores humanos, el
fortalecimiento de los sentimientos de pertenencia y de identidad nacional
frente a la penetración ideológica extranjerizante y la proliferación de vicios
y demás acciones deformadoras de la conducta individual, principalmente entre
la población adolescente y juvenil.
Veamos los conceptos teóricos que fundamentan a
las ideas expuestas.
1. La Recreación electiva y participativa:
No se impone
o administra la recreación a las personas, pues son ellas quienes han de
decidir cómo desean recrearse. La labor de los organizadores es facilitar y
promover las ofertas recreativas, a fin de que constituyan opciones para la
libre elección por parte de quienes se recrean.
Lo lúdico en
el acto recreativo está dado por el ejercicio de la libertad para la
posibilidad de elección. El juego impuesto deja de ser tal, pues resulta
heterocondicionado, con reglas ajenas a la voluntad de los participantes, que
no se pueden variar, lo cual pone punto final al placer. El juego se convierte
en deporte justo cuando la participación en él se heterocondiciona con
reglamentaciones invariables, y sólo es el entusiasmo de la competición lo que
salva el placer en él, por la reafirmación de la supremacía de unos deportistas
sobre otros.
En la Recreación
es contradictorio hablar de supremacía, pues ella limita la participación. Sus
actividades no pueden concebirse como evento deportivo basado en
reglamentaciones invariables y con una competición que exija y estimule la
supremacía de unos sobre otros. Ellas tienen que ser, por definición, un
momento de participación lúdica, libre y espontáneamente elegida, con normas
flexibles que se ajusten a las posibilidades, intereses y necesidades de los
participantes, y donde la competición sea sustituida por una competencia
consigo mismo, por el afán de ser más competente, de hacerlo cada vez mejor y
en cooperación con los demás, como resultado de lo cual surgirán el recuerdo,
la experiencia vivencial positiva que asegure el desarrollo personal y el
placer de todos por haber alcanzado un real estado de re-creación.
Para que la Recreación –electiva y participativa-
resulte alternativa lúdica es indispensable que esté presidida por la voluntad
creativa de los participantes. El error más común que cometen los animadores y
recreacionistas es la tendencia a convertir todo acto recreativo en competición
deportiva, para lo cual se elaboran reglamentaciones complejas y se concibe un
sistema de participación que deja finalmente “algunos ganadores a quienes
premiar, y muchos perdedores que eliminar”. Esto es la exacta negación de la
recreación, donde lo fundamental es intercambiar experiencias y motivaciones,
involucrarse a plenitud sin limitaciones de cualquier índole, y disfrutar del desarrollo
de la actividad sin esperar a cambio nada material por sus resultados.
2. Una adecuada actitud recreativa:
A lo largo de
su existencia, el ser humano se empeña en experimentar situaciones vitales que
enriquezcan su memoria con recuerdos positivos. Así, cuando en circunstancias
adversas se vea privado de la posibilidad de actuar según sus intereses y
necesidades, podrá acudir al almacén de su memoria para renacer con el recuerdo
y mantener un estado de ánimo positivo. Los recuerdos atesorados en su memoria
son la reserva de energía de la que espiritualmente se alimentará para vivir
cuando le falten tales vivencias, de la misma forma en que se nutre de la
energía acumulada en sus células cuando carece de alimentos.
Pero esa
reserva energética espiritual se agotará si no se la renueva constantemente con
otras experiencias vividas. Cuando el ser humano comprende que ya no puede
seguir alimentándose de sus recuerdos, que la energía acumulada en su memoria
está agotada, cae en un estado de agonía existencial, y en consecuencia tendrá
ante sí dos alternativas: o languidecer en la inactividad, o lanzarse con
pasión a la búsqueda de nuevas experiencias para seguir viviendo. Semejante
decisión es la que marca las fronteras entre la juventud y la vejez.
La verdadera Recreación
es la que potencia la obtención de experiencias
vivenciales positivas, que enriquezcan la memoria y permitan la vitalidad
del individuo en cualquier circunstancia a través de sus recuerdos. A ella se
opone el simple entretenimiento. La Recreación
es participación… el entretenimiento es evasión. Cuando frente a un problema
la persona se limita simplemente a entretenerse estará refugiándose en el
olvido, asumirá su tiempo de ocio como tiempo de consumo, y no podrá liberarse
de la enajenación que esta acción conlleva, sin alcanzar el crecimiento
interior, el desarrollo personal que le ayude en la solución de sus problemas.
El
entretenimiento es un recurso de la denominada “cultura del ocio” que
caracteriza a la sociedad de consumo, encaminado a convertir al ser humano en
consumidor de medios y servicios preconcebidos para la obtención del placer,
generalmente al margen de sus intereses y necesidades de desarrollo personal.
Se opone a la Recreación en que mientras esta estimula la participación y el
compromiso social, el entretenimiento se apoya en el olvido y la evasión de la
realidad, por lo que es un recurso de enajenación de masas, convenientemente
utilizado por los círculos de poder a través de los medios masivos de
comunicación para anular el sentido crítico social y la capacidad de
razonamiento y toma de decisiones de las personas.
3. Soporte en el tiempo libre:
Para el
recreólogo argentino Pablo Waichman (1993), el ejercicio de la libertad es la
piedra angular que define la verdadera esencia del tiempo libre: "Comúnmente la idea de libertad
que manejamos hace referencia a algo fundado en conceptos que no siempre
tenemos muy claros, pero que en la práctica implican sólo un permiso: yo soy
libre de hacer algo, o de no hacerlo, según me permitan o no lo hagan. Por
tanto, no soy libre a menos que algo, alguien, o todos, así lo decidan. La
libertad consistirá en que no me obliguen. Curiosamente, el tiempo libre
tendría el mismo carácter: es el tiempo en que no me obligan, en que me
permiten. Y por eso se concibe un tiempo ocupado, obligatorio o de trabajo, y
su opuesto: el tiempo libre. Pero, en realidad, este último sólo es libre de la
ocupación, de la ocupación o del trabajo. ¿Por qué no denominarlo mejor “tiempo
libre de trabajo”? Lo que queremos discriminar es el tiempo en que no me
obligan, confundido con el concepto de tiempo libre, del verdadero tiempo
libre, aquel donde ejerzo mi libertad, no porque otro me permita, sino porque
yo me exijo. La libertad -y el grado de desarrollo de la misma- no consistirá
en la falta de obligaciones exteriores, sino en la mayor o menor carga de
obligaciones interiores. El tiempo libre será aquel en que más cumplo con esas
obligaciones interiores".
De modo que
el tiempo libre, generalmente identificado como “tiempo liberado de las
obligaciones laborales”, en realidad ha de interpretarse como aquel momento
durante el cual el individuo puede actuar de forma autocondicionada, según su
voluntad y no en contra de ella por razones ajenas e impuestas a él desde fuera,
o heterocondicionadas. Así, estará presente cuando el ser humano disfruta de su
acción porque hace justamente lo que le gusta y desea –ejerce su libertad en el
tiempo, liberando su impulso lúdico vital-, y en consecuencia incluso hasta la
obligación de trabajar no le será una carga ajena y enajenante, sino un
propósito de desarrollo personal que él mismo se impone voluntariamente como
una obligación interior. Alcanzado este punto, el hombre multiplica su
eficiencia y eficacia, incrementa su creatividad, y puede asumir con una
verdadera actitud recreativa todo lo
que hace. Cualquier acción puede ser, al mismo tiempo, agobiante para unos y
agradables para otros, según la actitud con que se la asuma.
Lo recreativo aparece como una actitud
vinculada con el ejercicio del verdadero tiempo libre, durante el cual el
individuo puede actuar de forma autocondicionada, lo que quiere decir: con
sentido lúdico. Quienes asumen el trabajo como si se tratase de un divertido
juego obtienen placer en lo que hacen, disfrutan del proceso tanto o más que
del resultado, y en consecuencia alcanzan un reconfortante estado de
recreación, que significa volver a crearse, desarrollarse en lo individual y en
lo social. Este acto recreativo, de regeneración de las capacidades físicas y espirituales
del ser humano, puede evaluarse generalmente a partir del ejercicio de la
libertad para enriquecer su personal experiencia vivencial.
El ejercicio de la libertad se fundamenta
en la capacidad del ser humano para tomar decisiones a voluntad, según sus
necesidades e intereses, lo cual no significa la negación de la obligación
social en todas sus formas. Cuando la obligación le es impuesta desde fuera y
en contradicción con sus necesidades e
intereses, se anula su libertad de elección. Pero, cuando existen
coincidencia e interacción entre tales necesidades e intereses individuales y
los sociales, entonces la obligación resultará principalmente interior, o
autocondicionada.
La libertad
de elección estará, por tanto, “no en la acción donde me obligan, sino donde
principalmente yo me obligo, porque es conveniente y necesario a mis intereses personales, en absoluta coincidencia
con los sociales”. Semejante auto-condicionamiento de la obligación es base
indispensable de toda acción participativa, que de tal modo permitirá definir
su momento de desarrollo como verdadero tiempo libre, o de real ejercicio de la
libertad.
4. Soporte en el entorno natural y social:
El objetivo esencial
de la Recreación es indudablemente la satisfacción de gustos, preferencias y
necesidades espirituales de la población en toda su diversidad de grupos de
edades, géneros y ocupaciones. De modo que no es posible concebir y desarrollar
un buen proyecto recreativo si tales condicionantes no son tenidas en cuenta,
para lo cual el primer paso será un cuidadoso levantamiento y diagnóstico sobre
la realidad comunitaria en función de los objetivos planteados, mediante las
herramientas de indagación sociológica que sustentan a los procedimientos
científicos de planificación estratégica.
En la
práctica cubana se aplican herramientas de indagación, como las siguientes:
Estudio del presupuesto de tiempo libre de la población.
·
OBJETIVO: determinación del denominado presupuesto de tiempo de la
población, con la intención de conocer de qué principales modos consumen su
tiempo total los miembros de los grupos de muestra, representativos de los
factores socioeconómicos predominantes.
· MÉTODO: encuestas a grupos homogéneos, con no menos de 10 integrantes.
· MÉTODO: encuestas a grupos homogéneos, con no menos de 10 integrantes.
Estudio de gustos y preferencias recreativas de la población.
·
OBJETIVO: determinación de gustos y preferencias recreativas de la
población, con la intención de conocer cuáles son las principales alternativas
requeridas por los miembros de los grupos de muestra para la ocupación del
tiempo de ocio (activo y pasivo), así como calcular la influencia de los
elementos de competencia y otros factores del ambiente que puedan influir en el
proyecto.
·
MÉTODO: encuestas a grupos homogéneos, con no menos de 10 integrantes.
Estudio de sustentabilidad y participación comunitaria.
·
OBJETIVO: determinación del grado de compromiso participativo que el
proyecto pueda alcanzar entre las personas, estructuras sociales e instituciones
involucradas.
·
MÉTODO: entrevistas a representantes de instituciones estatales,
sociales y comunitarias que puedan estar vinculadas con los objetivos del
programa de Recreación para la población.
Comportamiento grupal en actividades recreativas:
·
OBJETIVO: obtener información sobre el desarrollo espontáneo de
actividades recreativas en condiciones habituales para los grupos de muestra.
·
MÉTODO: observación del desarrollo de las actividades en la comunidad.
Para
concretar el soporte de la recreación en el entorno natural y social es
indispensable evaluar los beneficios que las actividades recreativas aporten a
la comunidad. Hablar de beneficios de la
Recreación es referirse a desarrollo humano y a calidad de vida. En sentido
general, desarrollo significa el
tránsito de una condición inferior a otra superior. En lo humano ello infiere
superiores condiciones desde lo concreto en el campo educacional, cultural,
habitacional, laboral, sanitario, poder adquisitivo, y acceso a modernas
tecnologías, así como otros aspectos que definen la peculiaridad del bienestar (bien-estar, o estar mejor).
Pero también es el perfeccionamiento de la condición humana desde lo
espiritual, mediante la potenciación de valores como el sentido de pertenencia,
la solidaridad, la honestidad, la aceptación de las diferencias, el amor, y
otros aspectos que definen la peculiaridad del bienser (bien-ser, o ser mejor).
En cuanto a
la calidad de vida, tiene que ver
con estilos de vida saludable, la satisfacción personal, la alegría de vivir,
el disfrute de la existencia. Es un indicador de desarrollo humano, aunque no
siempre este infiera estilos de vida de la mayor calidad. La modernidad
enajenante que caracteriza a las sociedades de consumo si bien puede ser
expresión de determinados niveles de desarrollo desde el bienestar en lo
material, conspira contra la calidad de la vida al desencadenar la pérdida de
valores, la devastación ecológica, la degradación moral, y la destrucción
física de la propia Humanidad.
Una
evaluación internacionalmente en uso sobre los beneficios los divide en
(FUNLIBRE, 1999):
·
Individuales. Las oportunidades para
vivir, aprender, llevar una vida satisfactoria y productiva, así como para
encontrar caminos donde experimentar placer y salud, con adecuado balance entre
trabajo y juego, el fortalecimiento de la autoestima y la autorrealización, la
creatividad y la adaptabilidad, la honestidad, la solución de problemas y la
toma de decisiones, el bienestar psicológico, el sentido de aventura y el valor
personal, entre otros aspectos.
·
Comunitarios. Las oportunidades para
interactuar con la familia, grupos de trabajo, vecindario, comunidades y la
sociedad en general, de lo cual se derivan el fortalecimiento de las relaciones
inter-generacionales, la integración familiar, la estructuración del vínculo
social, el sentido de pertenencia, la cooperación, la aceptación de diferencias
culturales y entre grupos de edades, sexos y razas, la solidaridad, así como la
disminución de las diversas formas de violencia y de las conductas antisociales
y delictivas en sentido general.
·
Ambientales. Las oportunidades para
actuar sobre el medio ambiente, la creación y conservación de parques y demás
espacios públicos, la reducción del estrés social, la protección del ecosistema
con acciones dirigidas a la flora y la fauna, el respeto a la vida en todas sus
manifestaciones, las relaciones afectivas con animales domésticos, la creación
y mantenimiento de ambientes que propicien mayores niveles de calidad de vida,
entre otros factores.
·
Económicos. La reducción de costos en
el tratamiento de enfermedades que pueden evitarse mediante actividades sanas,
la prevención de conductas de riesgo social que exigen inversiones para
acciones penales, la elevación de la productividad laboral, el nivel de
competencia y la creatividad en las personas desde un mayor compromiso social,
la estimulación al turismo nacional e internacional por un mayor efecto de
seguridad pública, y la existencia de un vasto campo de ofertas recreativas,
principalmente.
5. Contenido educativo de la Recreación Comunitaria:
El mundo
actual está regido por las transnacionales de la comunicación, la informática y
el entretenimiento banal, que han generado las nocivas formas de la llamada
“cultura del ocio”, concibiendo este no como el marco para el ejercicio del
verdadero tiempo libre y la recreación, sino sobre todo como tiempo de consumo, para satisfacer las
apetencias de quienes manipulan las conciencias de las personas a través de
Internet, la televisión, el cine y la publicidad en general.
Hoy la
Humanidad inicia el Tercer Milenio con una realidad caracterizada por las
desigualdades sociales, que actúan como detonadores de la violencia. En el afán
por hacer de la fuerza y la riqueza las
principales manifestaciones del poder, el ser humano se ha condenado a una
existencia en oposición a las leyes del Universo, donde la degradación moral,
la destrucción física y la devastación ecológica caracterizan su quehacer en
función de una “tecnología del desastre”, palabra que bien pudiéramos
interpretar como “ruptura con los astros”, o en igual sentido, con la
Naturaleza.
Todos quienes
deseamos mirar al porvenir con las expectativas del mejoramiento humano
comprendemos la necesidad de generar una transformación revolucionaria en el
terreno de las ideas, que asegure la vigencia de los más altos valores morales,
como la honestidad, la solidaridad, y la aceptación de las diferencias en las relaciones
interpersonales, con la preponderancia del bienser sobre el bienestar. Tal
proceso de transformación tiene, sin dudas, un esencial carácter cultural, como
campo de expresión de las ideas y de las formas de comunicación entre los seres
humanos. Lo que confiere auténtica riqueza cultural a una sociedad es la
variedad de códigos de comunicación que utilicen sus miembros. Las acciones de
la educación formal e informal forman parte importante de estos lenguajes, y
por tanto del desarrollo cultural de los pueblos.
Entre las
condiciones del desarrollo de una comunidad la promoción de recursos educativos
y culturales ocupa lugar destacado por tres poderosos propósitos, esenciales en
los procesos de transformación social:
·
Potenciar la identidad, para
que sus miembros se reconozcan mutuamente y desarrollen los sentimientos de
pertenencia a la misma.
·
Potenciar la solidaridad, por
la dimensión colectiva que propician las acciones de cooperación.
·
Potenciar la participación,
al percibirla como un peldaño hacia las responsabilidades en las diversas
esferas de la vida social.
Cuando una
comunidad debe hallar soluciones a sus propias interpretaciones del futuro y recabar
nuevos recursos para hacer frente a crisis de reacondicionamiento social, ha de
recurrir a un indispensable análisis de sus potencialidades culturales y
determinar en ellas la vigencia de los recursos de identidad, solidaridad y
participación, en un ejercicio de
reafirmación de lo autóctono frente a las pretensiones de penetración y
dominación provenientes de culturas ajenas, sobre todo cuando estas, basadas en
el individualismo, la competición irracional y violenta, el afán consumista, y
la discriminación de diverso tipo, puedan resultarle marcadamente agresivas.
La Recreación
Comunitaria es el más poderoso recurso del que se puede disponer para influir
en la transformación social de una manera sutil y efectiva, principalmente
entre la población infantil, adolescente y juvenil. Es lo mismo que se propone
el entretenimiento, pero con objetivos diametralmente opuestos. Para lograrlo,
habrá de estar absolutamente integrada por contenidos educativos principalmente
orientados hacia la formación en valores.
Un valor es
una convicción o creencia estable en el tiempo, que tiene una connotación
personal y social; es una referencia ética para poder establecer qué está bien
y qué está mal en un determinado contexto. Es también un aprendizaje
estratégico, por cuanto se establece un reto educativo desde la niñez, con la
participación de la familia, la escuela y la comunidad.
Los valores
son prioridades, opciones, límites, lo que se está dispuesto a hacer y a permitirse
en función de la sociedad y de uno mismo. Son forjadores de optimismo y
autoestima, y definen la personalidad del individuo. Aun cuando tienen alcance
universal, son igualmente relativos por cuanto su concreción se expresa y mide
en un marco cultural y temporal específico. Cuando resultan comunes a un
colectivo humano dentro de dicho marco referencial, se les designa como valores compartidos. En el marco de un
colectivo social –familia, institución, comunidad- los valores compartidos
deben referirse a los intereses comunes a todos los miembros de la organización,
a partir de la coincidencia de los valores individuales más extendidos o
generalizados.
Para
establecer los valores compartidos es preciso conocer el sistema de valores de cada persona o institución, y para eso hay
que saber que ellos podrán ser:
·
Finales: los vinculados al
propósito principal establecido en la misión y la visión de la organización.
·
Instrumentales: los que facilitan
alcanzar los valores finales.
·
De competencia: los que incorporan
capacidades al individuo u organización para alcanzar los valores finales en
comparación con otros factores presentes en el entorno.
Normalmente
se enfatiza más de la cuenta en el desarrollo de valores finales. Pero estos no
serán definitivos e inamovibles si no están sustentados en sólidos valores
instrumentales. Por ejemplo: la disciplina, la honestidad, la laboriosidad, el
respeto, la lealtad, y otros, son valores finales en un individuo,
caracterizando su competencia frente al entorno. Pero si el entorno cambiase,
para mantenerse competitivo el individuo pudiera modificar, o incluso perder,
alguno de dichos valores finales. Eso no ocurriría si los mismos fuesen
construidos desde valores instrumentales –u originarios- sustentados en la
propia condición humana y no en coyunturas eventuales. Un ejemplo es la racionalidad, valor mediante el cual el
individuo potenciará las aptitudes que regirán su conducta lógica, como la
voluntad, la decisión, o el espíritu de sacrificio.
El proceso
educativo desde la familia hasta el sistema escolar tiene la misión fundamental
de contribuir, de manera consciente e intencionada, al desarrollo de los
valores originarios que están implícitamente dados por la propia condición
humana, a fin de estructurar, a partir de ellos, valores finales acordes con
las exigencias y normas de la sociedad en que se vive. En la medida en que
dicho proceso de formación en valores se desarrolla, surgen y se consolidan en
el individuo un conjunto de cualidades que establecen el autocontrol sobre su
personalidad, definen los rasgos predominantes del carácter, y se erigen en
virtudes reconocidas por los demás como sus contribuciones al bien social. Esta
acción educativa, como se conoce, tiene un efecto extraordinariamente poderoso
mediante las alternativas de la educación no formal, dentro de las cuales las
acciones socioculturales en general, y las que transiten de manera placentera y
con pleno ejercicio de la libertad en particular, ocupan un sitio prominente.
Este análisis
apunta a la convicción de que la Recreación no podrá estar desprovista de intencionalidad
educativa, e incluso en el caso de que eso no se haga de manera consciente, sus
efectos actuarán por añadidura. Así, por ejemplo, cuando en una acción
recreativa se emplea como factor motivacional la búsqueda final de una
recompensa material, o el afán por “derrotar al contrario”, se estarán
sembrando las semillas de una competición irracional que podrá llegar a ser
violenta, estimulándose en consecuencia los antivalores que sustentan a una
sociedad enajenada y degradante.
En la Recreación,
la intencionalidad educativa habrá de orientarse a la formación en valores
originarios que, como la racionalidad, la convicción y la motivación,
contribuyan al perfeccionamiento de la condición humana. Esto se logra cuando
se promueve la competencia sobre la competición. Mostrar competencia es ser
capaz de vencer el reto que la acción plantea, superando las limitaciones
personales en un afán de autosuperación y desarrollo. La competición, por su
parte, se dirige a confrontar la competencia personal con la de los demás, a
fin de derrotarlos.
En el
“enfrentamiento con contrarios” durante el acto recreativo es preciso asumir a
estos como cooperantes y no como adversarios, por cuanto es su presencia lo que
hace posible la obtención del placer mediante la actividad, que es lo único
importante. Es por eso inadecuado otorgar condición de ganador o perdedor a los
participantes, convirtiendo con ello la actividad en un medio motivador de
rivalidad, cuando debió serlo de fraternidad en una acción donde todos ganarán,
hayan actuado mejor o peor, única valoración conveniente al afán de superación
personal.
La integración al colectivo como vía para
incrementar sus esferas de influencia, el sacrificio de la individualidad en
aras del interés personal, la disposición a transformar la realidad, la
tendencia al mayor perfeccionamiento personal, el incremento de la voluntad y
la autoestima, la maduración del intelecto y del pensamiento creativo, son
propósitos que el ser humano tiene la posibilidad de alcanzar mediante una
práctica recreativa con adecuada intencionalidad educativa, preparándose desde
la infancia para la vida en el contexto de los sistemas de poder que rigen su
sociedad, bajo el universal estímulo del desarrollo en el ascenso cualitativo
hacia las etapas superiores que dan cima a la condición humana.
CONCLUSIONES
Concebida y
ejecutada formando parte de todo el sistema de interacciones comunitarias que
con diseño de participación social caracteriza a Cuba revolucionaria, la
Recreación es mucho más que una palabra en el nombre de alguna institución
gubernamental. Forma parte de los derechos inalienables en un sistema donde la
prioridad radica en los seres humanos. Por eso no sólo tiene como objetivos a
niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, sino que ejecuta
también programas de atención a personas con discapacidades físicas o mentales,
así como a reclusos en establecimientos penitenciarios con el afán de
contribuir a su reinserción en la sociedad.
La limitación
de recursos en que se desarrolla la vida nacional ha contribuido a incrementar
la creatividad en la búsqueda de soluciones para el desarrollo de las ofertas
recreativas. Programas como los “Planes de la Calle”, festivales
deportivo-recreativos, ludotecas públicas y escolares, festivales de
aficionados a la literatura y el arte, teatro popular y callejero, peñas de
juegos tradicionales (como el dominó, las damas, las cometas, y otros),
encuentros de narración oral y cuenteros, competencias de música y bailes
populares, proyecciones ambulantes y cine-debates, maratones populares,
excursionismo y acampadas, cría de animales afectivos, práctica de deportes
extremos, talleres de artes plásticas y manualidades, coleccionismo, etc.,
forman parte de la variedad de ofertas recreativas al servicio de la comunidad
a lo largo y ancho del verde caimán que se baña en las cálidas aguas del Caribe.
La Recreación
es un “satisfactor” de calidad de vida. Pero primero es preciso que las
personas tengan asegurado el derecho a la vida. Sólo cuando esto se logre, por
las acciones que las instituciones del Estados y demás agentes sociales
promuevan para evitar la exclusión social de las personas, será posible que las
actividades recreativas puedan contribuir, del mejor modo, al desarrollo humano
desde un pleno ejercicio de la libertad.
Pedro Fulleda Bandera (dirigió el área metodológica de
la Dirección Nacional de Recreación del INDER Cuba)
Pedro Fulleda Bandera (dirigió el área metodológica de
la Dirección Nacional de Recreación del INDER Cuba)
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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